jueves, 12 de mayo de 2016

¿PUEDES MANIPULAR TUS CREENCIAS?



¿QUÉ ES UNA CREENCIA?

Es un conjunto de patrones, guías y pautas de comportamiento que se encuentran fijados en nuestras estructuras cognitivas, determinando como percibimos, entendemos y vivimos nuestra vida. Así crearemos nuestro sistema de creencias y en este encontraremos creencias limitantes y creencias potenciadoras.

 Las creencias limitantes

Son aquellas que inciden en los resultados negativos de nuestro comportamiento o actitud, aquellas consecuencias que no han sido satisfactorias y que causan emociones desagradables. Incapacitándonos y limitándonos el crecimiento personal.

  • ·        Yo no puedo
  • ·        Yo no merezco
  • ·        Yo no sirvo


Las creencias potenciadoras

Nos recalcan que las consecuencias de nuestras acciones o actitudes tienen consecuencias positivas y nos crean satisfacción. Impulsan nuestro desarrollo como persona.

  • ·        Yo puedo
  • ·        Yo merezco
  • ·        Yo valgo


Las creencias se empiezan a formal desde los mensajes parentales, verbales y no verbales son pensamientos con carga afectiva que uno acepta como verdaderos y que son adquiridos mediante aprendizaje y socialización. 

 Las personas tendemos a buscar explicaciones de por qué ocurren las cosas. Para ello realizamos atribuciones o lo que es lo mismo, nos explicamos como algo ha resultado como ha resultado debido a unas causas.

Son las Atribuciones Causales

Weiner ( 1972) Estableció en un primer momento dos dimensiones bipolares de causalidad para los éxitos y los fracasos: El locus de control y la estabilidad. La estabilidad es interna cuando los resultados de una acción son responsabilidad de la propia persona o externa cuando el resultado de algo es atribuible a las condiciones ambientales ajenas a la persona.

Internas: Capacidad de la persona, por ejemplo sería el esfuerzo.

Externas: dificultad de la tarea, o el azar.

Aumento de la autoestima y autoprotección

Cuando se hacen atribuciones internas, éstas suelen ir acompañadas de un aumento de la autoestima y de emociones de orgullo y satisfacción después del éxito o pueden producir vergüenza o decepción después del fracaso. Esto no ocurre si atribuimos el éxito o el fracaso a factores externos. 

También influye la Estabilidad: Fijeza o variabilidad con que se percibe las causas de los acontecimientos con sus dos dimensiones:

Estable: fijo e inmutable a lo largo del tiempo. Ejm: Falta de capacidad de un estudiante. Creencia: siempre he sido así y siempre lo seré.

Inestable: la causa es percibida como algo temporal y susceptible de variar con el tiempo. Ejm: Suspender por no estudiar.

El hecho de percibir un acontecimiento como estable o inestable, afecta directamente a las expectativas futuras sobre el resultado de nuestro comportamiento.

Weiner añadió una nueva dimensión: Controlabilidad. Que hace referencia al grado en que una persona puede controlar las causas de su conducta. Las atribuciones se hacen con objeto de conseguir que las conductas de los sujetos sean predecibles y controlables. Si percibimos que la consecución de una meta se halla bajo nuestro control, hace que nos sintamos responsable de nuestro propio destino y que intentemos corregir los errores  tras un fracaso dedicando más esfuerzo. La percepción de que una meta no se halla bajo control voluntario, da lugar a emociones de desesperanza y de indefensión.

Ahora ya puedes parar un momento antes de atribuirte la causalidad de un éxito o de un fracaso y puedes darte cuenta de que todo depende de las creencias que tengas sobre los hechos pasado y futuros.

¿Puedes manipular las creencias sobre tus fracasos para no sentirte mal?

La respuesta es Sí, y mucha gente lo hace de hecho inconscientemente y de manera indiscriminada para proteger su autoestima. Es fácil darse cuenta de las personas que utilizan estas estrategias cuando justifican continuamente sus fracasos y no asumen ninguna responsabilidad en ellos. 

¿Entonces, debemos o no utilizar esta información para ser más felices?

 No estamos diciendo que despojarnos de toda carga sobre nuestros fracasos sea lo mejor, pero tampoco deshacernos de la responsabilidad de nuestros éxitos. En el término medio está la virtud. Hablamos de ser más conscientes de los atajos mentales que tomamos, modificar los pensamientos para sentirnos mejor, pero sin dejar de atribuirnos la responsabilidad justa por nuestros fracasos ni el mérito en nuestros éxitos. Además, responsabilizarnos de nuestros errores nos empodera para realizar los cambios y ajustes necesarios para solucionarlos o estar precavidos para la próxima vez, sin necesidad de sentir culpa o malestar. 

¿ Como lo hago?

Elije una situación que te haya hecho sentir culpable en un momento dado por tratarse de un fracaso o por no haber conseguido que fuera como tú querías. Ahora localiza el "locus de control", es ¿interno o externo?. Si concluyes que la causa se debe a algo que reside en tí, ahora pregúntate si es estable o inestable. ¿ Podría ser de otra manera la próxima vez?. Cuando estés en este escalón analiza si la causa es controlable o incontrolable : ¿Podrías hacer algo por cambiarla?. Quizás ahora te sientas mejor. O no.




No hay comentarios:

Publicar un comentario