sábado, 9 de septiembre de 2017

Mindfulness y el efecto calmante de la respiración

La Atención Consciente o Mindfulness, es un estado de atención al momento presente, desde donde tomar conciencia de las distintas experiencias y las fases de esa experiencia, con una mente abierta a lo que acontece, suspendiendo juicios, tanto a lo interno como externo.

Esa conciencia nos abre nuevas oportunidades de conocernos, conocer cómo acontecen las emociones, las sensaciones, los pensamientos, los sonidos, nuestro movimiento, sentimientos y cómo es nuestra respuesta o reacción ante esos acontecimientos, cómo nos relacionamos con ellos.

Y este proceso de conciencia, nos permitirá poder tomar decisiones más inteligentes, distanciándonos un poco más de todo ese proceso de “piloto automático” que todas esas reacciones producen en nuestro cuerpo.

Esa conciencia nos permite ser más honestos/as, ver las situaciones con más claridad, darle más sentido a lo que nos sucede y a cómo reaccionamos o respondemos, a tener más confianza en nosotros/as y en los procesos naturales que se producen, así como en la naturaleza humana y en las intenciones que van ocultas en nuestras acciones y en las posibilidades que la vida nos ofrece y que a veces estamos ciegos/as a ellas.

Ampliando esta conciencia, ampliamos también esas posibilidades, nos damos más cuenta de ellas, en el momento en el que se ofrecen, que se nos abren desde nuestro interior y podemos decidir cómo responder ante ello.

Las sensaciones agradables o desagradables producen en nosotros/as reacciones que nos privan de experimentar a veces y regular más sabiamente lo que acontece: las tensiones, nuestros impulsos, las alegrías desproporcionadas, el dolor, la enfermedad, el sufrimiento, nuestras frustraciones, lo que reduce nuestra calidad de vida.
Ser más conscientes de nuestras elecciones, nos permite dirigir mejor nuestro compromiso y esfuerzo hacia nuestro propósito y proyecto de vida y reconocer que todo y todos/as estamos interconectados/as tanto en lo que nos alegra, como en lo que nos duele, en resumen, en nuestro sufrir a mantener lo que nos agrada o desagrada, esto nos permite desarrollar recursos naturales para relacionarnos con lo que nos sucede de una forma más saludable para todo/as.

Nos permite aprender a relacionarnos con nuestras experiencias agradables y desagradables de una manera más sencilla, sin tanto juicio, con confianza y de forma proactiva aprovechando la oportunidad.

Pero Mindfulness no son conceptos cerrados que aprender, ni teoría que estudiar, es verdad que hay gran cantidad de investigaciones que nos muestra que las técnicas que en Mindfulness se utilizan están reportando mucho beneficio a las personas en todos los ámbitos donde interactuamos: educación, social, salud, deporte, laboral, espiritual y son un gran trabajo a conocer y desde donde aprender, y que hay un gran estudio de la filosofía que lo abarca y le da sentido, pero la mejor forma de conocer sus efectos, es experimentándolo, practicándolo de forma regular, lo que nos permitirá gestionar nuestras vidas de una manera más óptima, estemos en el momento que estemos en nuestra historia de vida, con amabilidad y comprensión.

Aparcar nuestras expectativas y juicios, nos permitirá abrirnos a la experiencia con una mente de principiante, observando y sintiendo lo que sucede de forma natural y acogiéndolo desde esa apertura.

La respiración es la mejor herramienta y recurso que tenemos para atender a la experiencia. Un recurso natural que toda persona tiene acceso a ella en cualquier momento, estemos donde estemos, desde la propia economía humana, respirar hondo nos facilita conectar con nuestro cuerpo, relajarnos y poder entrar en una mayor conciencia interna y externa.

Un estudio que publica la revista Science[i] nos ofrece cómo entender porqué respirar hondo puede calmarnos: se trata de un grupo de 350 neuronas situadas en el tronco del encéfalo, entre el cerebro y la médula espinal.
Los autores del trabajo, liderado desde la Universidad de Stanford (EE.UU.), descubrieron estas neuronas en una investigación con ratones y concluyeron que tienen dos características específicas.
La primera, es que están más activas cuanto más rápida sea la respiración, y la segunda, es que su misión es mandar señales a otra parte del tronco del encéfalo, llamada locus cerúleo, que está involucrada en la respuesta del cuerpo al estrés y el pánico y en el tránsito del sueño a la vigilia.

El efecto calmante de la respiración

La actividad rítmica de un grupo de neuronas en el tronco cerebral inicia la respiración. Este grupo se compone de distintos subgrupos de neuronas, aunque se entremezclan. Yackle et al. encontró una subpoblación neuronal pequeña, molecularmente definida en este generador de ritmo respiratorio que directamente proyecta a un centro cerebral que juega un papel clave en el estado de alerta generalizado, la atención y el estrés (véase la Perspectiva de Sheikbahaei y Smith). La extirpación de estas células no afectó la respiración normal, pero dejó a los animales inusualmente calmados. El centro respiratorio tiene así una influencia directa y dramática en la función cerebral de orden superior.

Por ello, “una respiración lenta y calmada activaría menos estas neuronas, lo que causaría menos activación del locus cerúleo y menos agitación”, detalla el autor del estudio, Kevin Yackle. El locus cerúleo, un centro cerebral implicado en la atención, la excitación y el pánico que se proyecta a través del cerebro. leer más...




[i] Yackle et al. Ciencia  31 de marzo de 2017: Vol. 355, número 6332, págs. 1411-1415