Podemos afirmar que existe considerable
consenso entre los profesionales, sobre la relación que existe entre motivación
y comportamiento. Está claro que la motivación va a influir en la manera que
tenemos de comportarnos. Si tenemos sed, buscaremos agua y después beberemos
agua.
En el caso de la educación de nuestros hijos e
hijas o en el ámbito educativo, es obvio que conocer un poco más sobre este
mecanismo, nos puede ayudar a superar dificultades y a mejorar el
comportamiento general de los pequeños, solo tenemos que saber cómo utilizar
algunas herramientas.
¿Qué es
la motivación?
La motivación comprende procesos que dan energía, dirigen y mantienen la conducta.
Una conducta motivada, es enérgica, directa y constante.
Podemos entender la motivación desde dos
perspectivas, una es la que tiene relación con la perspectiva conductual, o la
que destaca la utilización de premios y castigos como claves para regular la
motivación del niñ@. Los incentivos pueden motivar la conducta del estudiante,
ayuda a dirigir la atención hacia una conducta adecuada en casa alejándola de
una conducta inadecuada. Por ejemplo las calificaciones en clase, u obtener una
marca o estrella por realizar un trabajo voluntario. También el reconocimiento,
mencionar en alto el logro del niño y permitirle hacer algo especial.
Otra perspectiva subraya la capacidad de
crecimiento personal, la libertad para elegir su destino y las cualidades
positivas que tienen los pequeños desde que nacen. Según Maslow, es necesario
tener cubiertas ciertas necesidades básicas para poder realizarse en las más
complejas. Tendremos que tener satisfechas las necesidades fisiológicas,
hambre, sed, sueño para poder satisfacer después las necesidades de seguridad,
supervivencia y protección. Así podremos pasar
a otro escalón de la pirámide, la necesidad de Amor y Pertenencia,
relaciones sociales y de pareja, que nos permitirá después centrarnos en la
necesidad de Estima o sentimiento positivo hacia uno mismo. El último escalón
es el de la necesidad o motivación de logro o AUTORREALIZACIÓN. Esta última es
la más difícil de alcanzar y supone la capacidad de desarrollar todo el
potencial personal como ser humano.
Otra perspectiva, la perspectiva cognitiva
centra su atención en los pensamientos. Los pensamientos que tenemos guían
nuestra motivación. Soporta la idea de que la motivación interna por lograr
hacer las cosas bien, las atribuciones que se hacen y las creencias de que
pueden controlar eficazmente su ambiente condicionan la manera de actuar de los
niños y niñas. Sostienen que se debería restar importancia a las presiones
externas. Recomienda que se ofrezca a los niños más oportunidades y
responsabilidad para controlar sus resultados. En este sentido White propuso el
concepto de “motivación de competencia”. Toda persona está preparada para
afrontar su realidad con eficacia, dominar su entorno y procesar la información
adecuadamente porque estamos internamente motivados para interactuar con
nuestro ambiente de manera eficiente. Este concepto explica por qué los seres humanos
estamos motivados para INNOVAR.
MOTIVACIÓN
EXTRÍNSECA E INTRÍNSECA
La motivación extrínseca implica hacer algo
para obtener otra cosa. Es un medio para lograr un fin. Por esto, está influida
por incentivos externos. La motivación extrínseca mejora el rendimiento.
La motivación intrínseca es la motivación
interna para hacer algo porque sí. La conducta es un fin en sí mismo. Disfrutar
aprendiendo, jugar, pintar… la motivación intrínseca también aumenta el
rendimiento y además al no emplearse como control el incentivo intrínseco tiene
un valor informativo.
Lo ideal es utilizar los premios para fomentar
la participación del niño o niña en alguna actividad o comportamiento que
queramos que ocurra y para informar al pequeño sobre su ejecución. Si algo lo hace
bien, házselo saber. No es el premio en
sí lo que causa el efecto, sino la expectativa del premio. Cuantos más
puntos tengas más se habrá esforzado y esto hace que se sienta más COMPETENTE.
De este modo aumentamos también la motivación intrínseca. Sin embargo una
retroalimentación negativa como la crítica, que transmite información sobre la
INCOMPETENCIA, socava la motivación intrínseca, especialmente en aquellos niños
que tienen dudas sobre su propia capacidad.
TRUCOS
·
Los elogios verbales aumentan la motivación intrínseca
·
Los premios tangibles (puntos, dinero, regalos) inesperados
mantienen la motivación intrínseca
·
Al principio haz que ocurra, prémiale aunque no lo haga perfecto,
aumentará así su motivación intrínseca
·
Mantén un nivel de exigencia adecuado a cada situación y a cada
niño, reflexiona sobre ello
·
Practica la aceptación INCONDICIONAL.
SABEMOS
QUE:
1.
La motivación intrínseca mejora el rendimiento escolar
2.
Mejora el comportamiento
3.
Disminuye en 6º de primaria y en secundaria
4.
El método de evaluación escolar utilizado hoy en día orienta hacia
la motivación extrínseca.
5.
Una mala nota disminuye la sensación de AUTOCOMPETENCIA.
REFLEXIONES:
Los padres y profesores debemos intentar
mantener la motivación intrínseca de nuestros pequeños. Somos los adultos
responsables de crear ambientes de aprendizaje que fomenten la
autorresponsabilidad por conocer y hacer las cosas bien. Ambas motivaciones
funcionan simultáneamente. La utilización de premios solamente no es un
método adecuado. La autoeficacia es el factor clave para cualquier aprendizaje.